Remodelaciones y adaptaciones en el paso del tiempo

    
        El primer Rector, Alejo Zuloaga Egusquiza inauguró en 1897 el emblemático Paraninfo, que solo permaneció en funcionamiento por siete años, luego del cierre de la Universidad por Cipriano Castro en 1904. En 1958 en la reapertura, ya como Universidad de Carabobo, la sede debe albergar al Rectorado, al Paraninfo y a la Escuela  de Derecho, lo que re quiere mayor espacio y en consecuencia la construcción de un edificio de tres pisos al norte del claustro. Esta nueva remodelación, elimina prácticamente el 90% de las estructuras originales que se había conservado hasta ese momento, afectando todo el resto del edificio y a la iglesia vecina. La construcción se realiza en concreto armado con aspecto “colonial”.
 
        En los últimos 50 años se han hecho distintas adaptaciones, en 1996 se volvió a recuperar el Paraninfo que había sido convertido en aulas, y se construyeron nuevas encima de los techos. En 2005, la Facultad de Derecho, su último ocupante, se muda y el edificio queda vacio.
 
        En el año 2006 la Rectora de  la Universidad de Carabobo, profesora María Luisa Aguilar de Maldonado, encomendó el proyecto de rescate y rehabilitación del edificio.  Raíz de esa iniciativa se elaboro un proyecto sustentado por una base documental y técnica que garantizo la correcta intervención sobre el monumento, llevada en dos etapas, la primera de análisis de la edificación con la recopilación de toda la información documental e histórica, la exploración arqueológica, los levantamientos arquitectónicos y fotográficos, la investigación de las técnicas constructivas y el registro del deterioro.
 
        La segunda, en las que se propuso la restauración y conservación, así como los proyectos para la rehabilitación que permiten el adecuado funcionamiento de los nuevos usos sin que resulte afectado el edificio patrimonial.
 
        La etapa inicial del proyecto afortunadamente permitió comprobar la solidez y buen estado estructural de la edificación.
 
        La labor arqueológica  y de exploraciones a pequeña escala, en muros y pisos descubrió corroboro la investigación histórica, documental  y constructiva, que se ha podido ampliar en el momento de las obras con la aparición de los muros antiguos de tierra cruda del  lugar, que construyen la estructura portante. Su lectura visual es patente. Hallazgos como pavimentos de mosaicos decorados en los corredores del claustro y un pequeño rastro de panelas de arcilla aun más antiguas, surgieron en el trabajo de remoción de los pisos de granito colocados en una de las remodelaciones. En consecuencia, la elaboración de un registro detallado del deterioro del inmueble completo, tanto en los sectores antiguos  como en los contemporáneos, permitió plantear las soluciones más apropiadas mediante la aplicación rigurosa, de la metodología de este proyecto de restauración y rehabilitación.
 
            Intervención del Edificio
 
        La propuesta general para la intervención del edificio de la Universidad de Valencia, antiguo Convento de San Buenaventura, se baso en su conservación, en el rescate y en la recuperación de sus valores antiguos y modernos, con la ejecución de tres tipos de trabajo: liberaciones y demoliciones de construcciones existentes en techos, pasillos y patio, rejas equipo de instalaciones improvisadas, recubrimientos cerámicos y superficie impermeable. Así como la  restauración y conservación mediante el control de los principales agentes y factores del deterioro y la recuperación y saneamiento de la infraestructura constructiva (muros, columnas, techos, pisos, elementos estructurales de madera o decorativos, puertas y  ventanas).
 
        De igual manera, la inserción de los nuevos usos requirió una adecuación arquitectónica, especialmente en el sector del edificio de tres plantas que se rehabilito para proporcionar los espacios y áreas de servicio necesarias con instalaciones y tecnología actual. En el resto del inmueble se localizaron intervenciones para resolver problemas ambientales, de diseño   o de infraestructura de servicios, para lo cual se utilizaron materiales de excelente calidad que garantizan duración, permanencia y un sencillo mantenimiento.
 
        Finalmente, se ha tenido especial cuidado en la calidad del diseño y en la utilización del adecuado lenguaje arquitectónico con expresión sincera   de los materiales de las piezas nuevas, lo que permite que se diferencien, claramente, del contexto. El caso más destacado es el del mencionado edificio interno y el patio en el que se plantea una genuina compatibilidad entre las inserciones contemporáneas y lo preexistente. Ello agrega nuevos valores a la historia del edificio que permanecerá en el tiempo como testimonio de nuestros días.
 
Fachada (auntor desconocido)
 
detalle del patio central  Fotos: Rafael  Delgado
El patio pieza reinterpretada arquitectónicamente, enmarcado en cuatro columnas, tiene cuatro cuadrantes verdes, camino en cruz